El boxeo vasco saca pecho

Bilbao

Cuando el resuello no llega, cuando los bofes se comprimen, cuando el dolor se hace insoportable, cuando se flota más que se camina, cuando uno no puede sostener sus huesos y se tumba sobre las cuerdas, en ese momento fatídico que todo boxeador conoce, hay dos salidas posibles: una, rendirse y volver al rincón lamiéndose las heridas; o dos, saltar sobre el rival, pegarse a sus costillas y luchar hasta el final. El boxeo vasco no quiere tirar la toalla, se resiste a capitular y saca pecho. La indiferencia de los medios de comunicación y el notorio desafecto de parte de la clase política hacia este deporte han condenado al boxeo al ostracismo, un destierro que cumple encerrado en pequeños cuadriláteros.

Pero no todo son malas noticias. En Euskal Herria el boxeo cuenta con fieles aliados. Federativos, entrenadores y aficionados tratan de impulsarlo de distintas maneras. Juan Luis Torralba, por ejemplo, lleva toda su vida ligada al boxeo. Primero fue presidente de la Federación alavesa (1971-90) y desde 1990 es el presidente de la Vasca, además de ocupar otros cargos relevantes a nivel internacional: es presidente de la Asociación Europea de Boxeo y miembro de la Asociación Mundial. Torralba parcela los diagnósticos y habla de dos vertientes: la competitiva y la aficionada. "Tenemos un centenar de chicos compitiendo, muchos en el Campeonato de Euskadi, donde se apuntaron incluso tres chicas. En profesionales las cosas están peor, pero tenemos unos pocos que mantienen el pabellón alto, como el alavés Israel Carrillo o Unai Atxabal".

La selección vasca de boxeo se estrenó en 1992, año en el que acudió por primera vez al Campeonato de España. En los últimos años están obteniendo buenos resultados, pero Torralba piensa que se podría hacer mucho más. "El Gobierno vasco nos ayuda bastante y con ese dinero mantenemos las competiciones básicas, pero a los chicos les vendría bien concentrarse un par de veces al mes o competir más a menudo con otras selecciones. Para eso hace falta dinero. Por lo demás contamos con ayudas adicionales de bancos como Caja Laboral, ayuntamientos y personas que a título particular se vuelcan con nosotros, como los doctores Vitoria, Iñaki Olabarria, Mujika y Josu Simón. Tampoco quiero olvidarme de entrenadores como Lopategi, Zamorita, Txerra, Javi Pérez, Angel García o Zelaia". "En la parte aficionada -continúa-estamos como nunca. Hay 20 ó 22 clubes en los que se practica boxeo. Esto no había sucedido nunca. Tenemos mil practicantes".

Carlos San José, presidente de la Federación Vizcaina, comparte la diagnosis de Torralba. "Ahora los chicos están mejor entrenados, así que tenemos base para que el boxeo suba. Después de 18 años hemos organizado el Campeonato de Bizkaia y para el año que viene aumentaremos el número de veladas de 28 a 35. La gente demanda boxeo. A cada velada que organizamos acuden entre 300 y 500 personas. ¡Y eso que nadie nos hace publicidad!", dice San José. El presidente de la Vizcaina abunda en este tema: "Si los medios de comunicación publicitaran las competiciones el boxeo estaría a otro nivel". El presidente tampoco quiere dejar pasar la oportunidad para lanzar una invitación, que suena a reto. "A todos los que dicen que el boxeo fomenta la violencia les invito a ir a los vestuarios de una velada, que vean el ambiente de camaradería que hay entre los deportistas, lo bien que se portan. Veo más maldad en el fútbol que en el boxeo, también entre el público. El boxeo no es sólo pegarse, requiere muchas dotes y es un deporte para personas inteligentes. Haría una excepción, la del boxeo profesional estadounidense. Eso es otra cosa, pero los medios hablan de eso. Aquí, afortunadamente, tenemos Boxeo Izarrak, aunque lo echan muy tarde".

Sendero profesional Josu Lopategi tiene 38 años y lleva 25 años ligado a las artes marciales. Fue campeón de España de kick-boxing y boxeador neoprofesional. Desde 2004 entrena a algunos de los mejores púgiles de Euskal Herria. Lopategi asegura que uno de los mayores problemas del boxeo en la actualidad es la gran oferta de ocio que tiene la juventud: "Internet, otros deportes, fiestas... Los jóvenes tienen demasiadas tentaciones y el boxeo exige casi exclusividad. Hace falta mucha voluntad y mucho corazón para seguir adelante y, además, los jóvenes necesitan iconos que en este momento no tienen. Una figura, un gran boxeador, movería a la afición, a los medios de comunicación, y tras eso llega el dinero. Con la película Milion dolar baby, por ejemplo, hubo un boom de afluencia de chicas a los gimnasios".

Lopategi sabe lo que es trabajar en el campo profesional, y conoce bien las dificultades que implica sacar un sólo boxeador. "Lo ideal es que empiecen a los 10 años. Tienen que poseer un físico determinado, unas cualidades innatas, tener los objetivos claros. Si les apoya la familia mejor, tienen que encajar bien los golpes... Así durante muchos años. Sacar un boxeador es ilusorio".