domingo, 17 de mayo de 2009

Chuck Liddell ha mantenido el secreto sobre su futuro... hasta ahora

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En 2003, Michael Jordan le pusó fin su carrera basquetbolística luego de dos temporadas poco estelares junto a los Washington Wizards. Claro está que no fue el comisionado de la NBA, David Stern, quien determinó que no podía seguir, sino una decisión de Michael.

Lo mismo ocurrió con Babe Ruth, Jim Brown, Muhammad Ali y practicamente todas las leyendas del deporte. La pregunta de cuándo retirarse ha acechado a los atletas profesionales desde el nacimiento de los deportes organizados. La enigmática práctica se ha vuelto incluso más complicada en los últimos años, considerando el peso de los legados, la fama y la fortuna. Pero nunca se le había pedido a un comisionado que le diera una palmada en el hombro a uno de sus deportistas y le dijera que no podía seguir. Hasta ahora. .

Chuck Liddell es quizás el nombre más grande en el mundo de las Artes Marciales Mixtas. Adorado por los fanáticos, es el luchador más reconocido en este deporte. Los fanáticos, expertos e incluso Wikipedia le acreditan haber llevado la MMA y el Ultimate Fighting Championship a las masas. Mantuvo una racha de cuatro defensas consecutivas como campeón semi pesado y fue el primer peleador de la UFC que apareció en la tapa de ESPN the Magazine antes de aparecer en otras tantas revistas. Pero Liddell está actualmente viviendo una situación que ha partido al medio y confundido a sus entusiastas seguidores.

En el centro de la polémica hay tres personas: Liddell, la leyenda de 39 años que viene de perder cuatro de sus últimas cinco peleas; Dana White, el presidente de la UFC; y John Hackleman, el entrenador y amigo de toda la vida de Liddell.

Luego de la última derrota de Liddell, un nocaut en un round a manos del brasileño Mauricia Rua en abril una pelea que Liddell necesitaba ganar convincentemente para seguir en la UFC- White le dijo a un grupo de reporteros que Liddell no volvería a pelear, citando preocupación por la salud del peleador. Dado que White maneja la UFC sin cheques ni balances, podría legítimamente evitar que Liddell continúe peleando, y quitarle la posibilidad de realizar esa última pelea que tiene en su contrato.

Gentileza MMAmadness.com

Chuck Liddell es la cara de las artes marciales mixtas
El tema sin embargo, es el siguiente: White y Liddell son grandes amigos. White solía representar a Liddell y los dos hablan regularmente. Desde que White realizó esos comentarios y fue agudamente reprendido por Hackleman, al peleador y al presidente se los ha visto juntos en las 500 millas de Talledega actuando como amigos, y no como un peleador hambriento que quiere continuar su carrera y un presidente con mano de hierro que quiere evitar que su amigo se lastime.

Hasta ahora, Liddell había elegido mantenerse callado, prefiriendo que sus dos amigos batallaran en público mientras él planeaba la fiesta de graduación de su hija Trista. Pero luego de tomarse varias semanas de descanso en Kentucky, L.A.y Las Vegas (por nombrar algunas ciudades) y pasar tiempo con sus amigos cercanos y su familia, la súper estrella de la MMA está lista para hablar de su futuro y de las discusiones públicas entre sus dos amigos íntimos.

"Les dije, 'Esto es entre ustedes muchachos'", dice Liddell. "Ambos me cuidan a su manera".

Insiste con que él y White siguen siendo amigos íntimos y que han hablado sobre el tema en privado muchísimas veces. Aunque no está exactamente de acuerdo con la forma en que su amigo discutió el tema del retiro, Liddell hace tanto tiempo que lo conoce que lo excusa diciendo "es simplemente Dana".

"Lo escucharé como amigo, pero él no va a obligarme a hacer nada", dice Liddell. "Todos mis amigos saben que lo último que quieres hacer conmigo es decirme lo que tengo que hacer".

El problema, según Liddell, es la amplitud del término: "lo que tengo que hacer". Incluso aunque no sabe todavía que quiere hacer con su carrera. Va a seguir entrenando, va a pasar tiempo con su familia y va a seguir saltando de bar en bar cuando salga con sus amigos, convirtiéndose en bartender en cada barra que lo autoricen.

"Si me dejan salirme con la mía", dice, como si el manager de algún bar fuera a prohibirle al hombre más temido del planeta que sirva vodka con naranja a sus extasiados clientes.

Una cosa que Liddell no va a hacer en un futuro cercano es darle una respuesta concreta al mundo sobre su retiro. Quiere continuar peleando --y solo en la UFC ("Hemos sido amigos, se han portado muy bien conmigo durante muchos años", dice)- pero reconoce que necesita algo de tiempo para tomar la decisión.

"No voy a tomar una decisión hasta que pueda sentarme y mirarlo desde una perspectiva. Estoy demasiado en caliente como para tomar una decisión racional, por lo que quiero esperar y tomarme mi tiempo", dijo Liddell.

Es, después de todo, uno de sus mejores amigos el que está prohibiendo pelear. Y no porque a él le convenga los números de PPV de Liddell son consistentemente altos y fue ruidosamente vivado antes y después de la derrota con Rua- sino porque teme que su amigo se lastime y en su opinión es hora que se retire. Y aunque Liddell entiende algunas de las razones que White esgrime, no duda en recordar que pelea desde los 12 años y que es difícil retirarse a voluntad de otra persona... sin importar cuántas cosas hayan vivido juntos.

"No quiero pelearme con ellos para ver si hago otra pelea", dice. "Pero, hombre, vengo haciendo esto desde hace mucho tiempo: entrenar para competir. Para un atleta es difícil rendirse".

Justamente por eso Liddell no quiere tocar el tema del retiro: todavía no tiene una respuesta. Por eso en lugar de andar preocupado, sigue haciendo lo que haría en cualquier receso, cosas como asistir a un concierto de Steel Panther junto al jugador de los Washington Redskins, Chris Cooley, y al lanzador de Boston, Brad Penny.

Pero al menos aclara esto: probalemente no pelee nuevamente este año, seguirá entrenando, apareciendo en eventos, saliendo con amigos y familiares y trabajando en proyectos. Además seguirá armando su futuro. "Necesito tiempo de todas maneras", dice. "Por ahora, estoy demasiado en caliente como para tomar una decisión racional. Cuando todos dejen de preocuparse por mí tomaré la decisión".

Por ahora, Liddell espera que esto tranquilice a los fanáticos y disuelva las discusiones entre sus amigos. Después de todo, Chuck Liddell --cuyos años de sudor y sangre ayudaron a insertar a la UFC como un producto masivo-- tiene que planear la graduación de su hija y no hay nada que preferiría hacer antes que eso. Y eso, por ahora, es con lo único que está dispuesto a comprometerse.

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